Fotografía: Mercado Negro
La evolución del marketing.
Marketing 0: Era del producto
La mercadotecnia 1.0 es la etapa pensada al producto físico, resaltando sus peculiaridades, su precio, entre otros muchos de sus atributos. Está destinado a solucionar las pretensiones del cliente, pero sin tener en consideración sus esperanzas.
Este género de marketing tuvo su origen en la Revolución Industrial, temporada donde la mayor parte de los artículos que se vendían estaban hechos a la medida ahora mano. Esta clase de producción era algo que tenía un coste alto para las compañías, en tanto que no se estandarizaban varios artículos. Así, los modelos eran mucho más costosos, y los clientes del servicio no los adquirían.
¿Qué es el Marketing 0?
La mercadotecnia 1.0 está destinado y enfocado al producto y, por consiguiente, la estrategia de mercado se orientaba al producto. La meta primordial son las ventas y se realiza una producción estandarizada para atender a las pretensiones del mercado de masas, atendiendo a la masa y no a cada sujeto. Se generaba en escala para abaratar los costos y contemplar la máxima cuota de mercado, satisfaciendo únicamente las pretensiones físicas de los clientes del servicio. La mercadotecnia 1.
0 se enfoca de forma exclusiva en el valor económico. Solo se comunicaba del valor servible de los modelos o servicios por medio de los medios de masas (televisión, radio y prensa) y con una comunicación unidireccional.
Con la mercadotecnia 2.0 se dio un pequeño salto y la estrategia de mercado se centró asimismo en el cliente y no solo en el producto. El propósito de las compañías es agradar las pretensiones de su cliente y que se genere una fidelización a su marca y artículos. La mercadotecnia 2.0 tiene presente la relación con el cliente en tanto que sabe que es el más destacable embajador de la marca y debe satisfacerle y cuidarle alén de las ventas. El producto no se aborda únicamente desde el criterio servible, sino asimismo se contempla el valor sensible. Aparece el término de valor de marca y de ubicar el producto no solo en la cabeza del cliente, sino más bien asimismo de hacer un vínculo sensible. La comunicación es bidireccional y el cliente tiene un perfil capaz y sabe cuáles son sus pretensiones.